Mi experiencia con la alimentación complementaria

Mi experiencia con la alimentación complementaria

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En el apartado La alimentación: desde el nacimiento hasta los 18 meses,  te cuento las recomendaciones de los profesionales sobre la introducción de la alimentación complementaria.

Seguramente, según vaya creciendo, tu bebé se resista a probar alimentos nuevos, o no quiera fruta, verdura o masticar…
En fin, una variedad de opciones para volverte loca, pero tranquila, todo esto es más común de lo que crees y será en este momento, cuando pienses que es muy fácil ponerse frente a una pantalla y escribir sobre cómo alimentar a tu bebé

Por eso, te voy a contar mi experiencia, cómo he vivido (y lo hago actualmente) el proceso de la alimentación complementaria con mis hijos.

Voy a empezar a contarte la experiencia vivida con mi hijo mayor (de esto hace ya 13 años).

Empecé con la lactancia materna, pero como tenía que incorporarme a trabajar tras 16 semanas de baja, cuando mi bebé cumplió 15 semanas, comencé a darle biberón con la leche de continuación que me recomendó el pediatra, y desde que lo probó… ¡no quiso tomar más el pecho!

Cuando llegó el momento de la introducción de papillas (dulces y saladas), se las comía que daba gusto, y yo, imagínate, súper contenta porque mi bebé comía de maravilla.
Pero llegó el momento de empezar a masticar…y la cosa cambió radicalmente.

Ya no quería papillas, no quería nada triturado, pero es que tampoco quería probar nada nuevo, sólo quería pan tostado con aceite y leche, hamburguesas y salchichas.

Lo intentaba todo, pero no encontraba la manera de que probase la comida, así que, imagínate el suplicio!!!!

Decidí llevarlo al pediatra y contarle la situación. Le hizo una revisión exhaustiva y recuerdo perfectamente sus palabras “no te preocupes, el niño está perfecto, está sano y fuerte. Que coma lo que quiera, no importa que coma todos los días lo mismo, verás cómo él te pide otra cosa cuando se canse”.

Pues así lo hice, y poco a poco fue probando diferentes alimentos; eso sí, cuando le daba por uno en concreto, no había manera de cambiarlo hasta pasadas varias semanas.

Ahora tiene 13 años y aunque como más variado, me sigue llevando frita con la comida…sigue sin querer probar muchas cosas y, como yo le digo, “¡no sabes lo que te estás perdiendo!”

Voy a continuar con la experiencia que estoy viviendo actualmente con mi hija pequeña, que acaba de cumplir 2 años.

También empecé con la lactancia materna y la mantuve hasta los 5 meses, que fue cuando me incorporé al trabajo.

Le he ido introduciendo las papillas como me recomendó el pediatra, pero la verdad es que le he ido dando más libertad a la hora de probar alimentos que estaban en la mesa.
La dejo comer con las manos, que toque los alimentos, que pruebe lo que quiera de lo que hay en la mesa, y la verdad, es que come algo más variado.

Aún así, también me tiene la cabeza loca…

Por ejemplo, un día le encantan los guisantes y cuando se los vuelvo a poner en el plato (a los 2 o 3 días), no los quiere ni tocar…

Vamos, que un día come súper bien y los dos siguientes no quiere nada de lo que le ofrezco (y que ya había comido antes).

Así que, ahí voy, investigando recetas (que compartiré contigo) para intentar que disfrute comiendo.

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