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Quitar el pañal… Misión imposible

Quitar el pañal está resultando una misión imposible por el momento, pero no desespero, algún día llegará y podremos celebrar este gran logro.

Sí, sí, te cuento… Como ya teníamos experiencia con nuestro hijo mayor (que no quiso usar orinal, pero se adaptó perfectamente al wc en un par de días), el verano justo antes de que empezase el colegio, decidimos que era el momento de ayudar a nuestra pequeña a dejar el pañal para siempre.

Así pues, papá y mamá se abastecieron de aquello que más iban a necesitar durante unos días: cubo, fregona, braguitas, protector de colchón y lo más importante de todo… PACIENCIA.

Comenzamos con todos los pasos y consejos recomendados por el pediatra para dejar el pañal, como ir juntos a comprar el orinal “¡este es súper chulo mami, me encanta!”, así que pensamos “tenemos un orinal que le flipa, esto va a ser pan comido” (qué equivocados estábamos…)

Una vez en casa y habiéndole explicado (otra vez) para qué servía el orinal, le dijimos que lo probase, que sentase aunque fuese con ropa… “¡no!” fue su respuesta inmediata, un no que dio como resultado tener un orinal en casa sin estrenar. Así que compramos un reductor para el wc, también súper chulo…

Llegó el día en el que le quitamos el pañal diciéndole “como ya eres mayor, no necesitas pañal, ya puedes hacer pipí en el wc como papá, mamá y el tete». Durante el día le preguntábamos si tenía ganas de hacer pipí y su respuesta siempre era “no”. Como todos esperábamos, se hizo pipí encima y su cara… fue todo un poema, “no pasa nada, no te preocupes, ahora lo limpiamos y ya está.” “Cuando tengas ganas de hacer pipí, dímelo y mamá te acompaña”, le decía mientras lloraba desconsolada.

Al día siguiente, conseguí que accediese a sentarse en el wc (con su reductor súper chulo), pero a los dos segundos se puso a llorar y gritar como si le hubiese puesto chinchetas en el culete, así que, dejamos la operación pipí para más tarde.

Mi pequeña bebe mucha agua, pero ese día que le quitamos el pañal, extrañamente apenas bebió agua y al ofrecérsela me dijo “es que si bebo agua, me hago pipí”, una frase que me dejó un poco patidifusa y a la que le respondí que si tenía ganas de hacer pipí, sólo tenía que decírmelo para ir al baño.

Pues no, no hizo pipí durante tooooodo el día, pero es que tampoco lo hizo por la noche ni a primera hora de la mañana.

Acudiendo a los profesionales

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Ante esta situación, decidí llamar al pediatra de guardia y pedirle consejo, el cual me advirtió que si no hacía pipí, tendríamos que llevarla a urgencias para que la sondasen porque podría coger una infección grave. Su recomendación fue que volviera a ponerle el pañal para que se sintiese cómoda y volviese a intentarlo más adelante.

Evidentemente, ante este diagnóstico, lo primero que hicimos fue ponerle de nuevo el pañal y efectivamente, al cabo de unas horas, mi pequeña hizo pis. Tanto que se le salió por lados…

Dejamos pasar un tiempo y fuimos a consultarle al pediatra, el cual nos dijo que no pasaba nada porque estuviese sin hacer pis varios días, que al final tendría que hacerlo. La verdad es que esta respuesta no fue de mi agrado, por lo que decidí ir al centro de orientación y estimulación para bebés y explicarles el caso.

Tampoco muy de acuerdo con las indicaciones del pediatra, me aconsejaron unas pautas como la de elegir una canción y una hora para ir al baño, además de las que ya estábamos realizando en casa (que nos acompañase ella a ver cómo hacíamos pipí, cuentos sobre este tema…)

Se acercaba el momento de ir al cole y mi pequeña seguía aferrada a su pañal. Como ella tenía muchas ganas de ir al colegio, le decía que no podría ir si aún llevaba pañal, pero ni con esas… Hablé con las profesoras del colegio y les expliqué la situación, las cuales me dijeron que con pañal no podía asistir a clase…

Continuamos intentándolo hasta que llegó el día… empezaba el cole y al vestir a mi peque, me dijo «pero mamá, hoy me tengo que poner braguitas porque al cole no se lleva el pañal» ¡casi me caigo de culo!
Y sin su querido pañal, fue al cole súper contenta. Los primeros días no hacía pipí allí y en casa le tenía que poner el pañal para que lo hiciese, pero a la semana de empezar el cole y con ayuda de las profesoras, ya iba al aseo y hacía pipí todas las mañanas.

Un gran logro, que en casa seguimos sin conseguir… pero que llevamos con mucha paciencia y con el que no dejamos de animar a nuestra pequeña para ayudarla a ser ¡súper mayor!

Con 3 años y medio sigue utilizando pañal en casa, pero espero que este veranito podamos dar ese gran salto para decirle definitivamente ¡Adiós al pañal!



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